Salutogénesis y cáncer

Josef Ulrich

Última actualización: 20.10.2021

La incidencia de las enfermedades cancerígenas ha aumentado considerablemente en las últimas décadas – especialmente en los países occidentales (1). En muchos casos, empero, la enfermedad puede ser curada o también en estado avanzado puede tener una asombrosamente larga sobrevida. Muchos pacientes logran, a pesar de la enfermedad, una buena cualidad de vida.

¿Qué ha sucedido en los seres humanos, que, a pesar de pronósticos desfavorables, pudieron vencer la enfermedad? ¿Podría ser que, por un lado debido al apoyo médico la enfermedad se ha "achicado" o hasta se disolvió, o , por otro lado, el organismo reconquistó su fuerza vital formativa y sus fuerzas de autocuración en el sitio, donde antes estaba el cáncer?

Hay potenciales de curación en nosotros

Constantemente se producen en todas las células corporales reparación de ADN, reorganización y curación; sin estos procesos permantes de curación no podríamos sobrevivir ni un día. La capacidad sana y activa de organización tiene de por vida el potencial de desplegarse también en una región enferma del cuerpo. Este proceso no se puede forzar, puede, sin embargo, ser fomentado y apoyado, también por nuestra postura interior y la conformación del medio ambiente terapéutico. A través de ello este proceso se halla unido casi siempre con una evolución anímico-espiritual.

Infundir valor para planificar la vida: Reconocimiento y valoración de los potenciales creativos curativos en el ser humano

El acompañamiento de seres humanos que han sido desafiados por una enfermedad cancerígena, exige una activida terapéutica dual:

1. La terapia tumoral (por.ej. Operación, quimioterapia, terapia del dolor) y

2. La vigorización de las fuerzas de reorganización sanadoras inherentes en el cuerpo.

Lo último lleva al paciente a ser co-artífice en el camino de su curación mediante distintos procedimientos terapéuticos y del conocimiento. En la oncología antroposófica se busca establecer una relación de confianza entre médico y paciente, aumentando su competencia y actividad propia.

Ambas metas – la de la reducción de la enfermedad y del fomento de la salud – parecen ser alcanzables cuánto más logramos formar un equipo interdisciplinario alrededor de la persona afectada, para acompañarla y darle valor de ayudar a apoyar su proceso de sanación. Este proceso está íntimamente logado con la experiencia de sentido, comprensión y conformación del desafío de la enfermedad (2).

Todo en lo vivo está en desarrollo. Es nuestra tarea investigar con aún más exactitud los procesos sorprendentes de curación y regeneración, para desarrollar conceptor de tratamiento diferenciados desde la salutogénesis (3, 4).

La investigación de la salutogénesis ha experimentado en las últimas décadas grandes resultados en los ámbitos de ritmo e imunología. Entre otros factores, estos ámbitos recibieron gran atención, ya que pudieron ser relacionados con curaciones sorprendentes (5, 6).

De un vistazo entre diagnóstico y estado general no se puede pronosticar el desarrollo futuro; el transcurso de la enfermedad y el desarrollo esiritual-anímico son siempre individuales. Junto a las condiciones de vida psicosocial la espiritualidad del ser humano – por ej. Por meditación – está íntimamente ligada al desarrollo de sus fuerzas de curación.

En la comprensión de cuerpo-alma-espíritu de la medicina antroposófica viven aquellos aspectos evolutivos, que en el presente son comprobados científicamente a través de la investigación de la epigenética, la psiconeuroimunología y la salutogénesis. En el quehacer clínico diario estos conocimientos cobran vida a través del concepto interdisciplinario de la medicina antroposófica. Se ve el diagnóstico del momento en el gran contexto del contínuo desarrollo biográfico de cada ser humano.

Con esta base la voluntad de curar del equipo terapéutico, a pesar de las quizás limitadas perspectivas médicas, puede dejar abierto el espacio al desarrollo deseado. La confianza y la voluntad de ser curado pueden desarrollarse tanto en el afectado como en su derredor y también la muerte y el morir pueden ser integrados a la vida. Enfocarse exclusivamente en el deseo de la sanación del cuerpo puede convertirse – quizás considerando una posible inmortalidad del alma y del espíritu – en aceptación del destino, en una confianza a la guía del mundo espiritual.  

La comunidad terapéutica como acompañante en el camino y ayudante para el desarrollo

El paciente puede trabajar y ejercitar – en el sentido de la antigua fórmula latina fabricando fabricamur: en la formación nos conformamos a nosotros mismos – y colaborar en el multifacético proceso de curación tomando consciencia de sus propios potenciales activos.

Pueden abrirse la capacidad de percepción y de introspección, el espacio para el encuentro consigo mismo, el conocimiento de uno mismo y una reorientación del desarrollo propio a través de procesos terapéuticos. En conversaciones individuales o en seminarios para la salud se crean esos espacios nuevos de experiencia. Son experimentables wl pensar, el sentir y el hacer en su fuerza formadora en el cuerpo, se perciben los patrones disfuncinales y se ejercitan nuevos puntos de vista.
Pueden resultar como frutos de ese trabajo a partir de los procesos evolutivos en la comunidad terapéutica percibir nuevas fuerzas y esperanza, así como el desarrollo de una triple confianza – en uno mismo, en el tú/vosotros y en la guía del mundo espiritual. Con este apoyo el paciente, frecuentemente aislado anímicamente, puede emprender el camino individual de la curación (7, 8).

Entre los seres humanos que se encuentran en un cambio evolutivo se forma una unión en confianza, que con frecuencia llevan en dirección a la autogenesis, lo que significa, hacia la meta, a ser aquel, que uno es en el núcleo más íntimo de su ser. Se puede formar una comundad del camino, una comunidad evolutiva y de destino, en la cual se acompañan mutuamente y con afecto a través de las distintas fases de la enfermedad.

Una comunidad terapéutica que confiere fuerza en el sentido salutogénico intenta crear un ambiente para el ser humano desafiado por su enfermedad en el que puede encontrarse con su más profundo ser interior. En un espacio de encuentros llenos de atenta atención, consideración y respeto a su ser humano integral se pueden posibilitar nuevas experiencias y evoluciones. Ésto lleva al reconocimiento y aprecio de los potenciales de creación y fuerzas sanadoras en el ser humano.

La vivencia de evoluciones sorprendentes, no esperadas, así como la experiencia de serenidad y confianza de los otros pacientes hacia el desarrollo de la vida, aún mismo al final del camino de su vida disminuyen el miedo y promueven la valentía para ser el que uno es y a confiar en lo que será.

Bibliografía

  1. Stewart BW, Wild CP (eds). World Cancer Report 2014. Lyon: International Agency for Research on Cancer. World Health Organization; 2014. 
  2. Antonovsky A, Franke A. Salutogenese. Zur Entmystifizierung der Gesundheit. Tübingen: dgvt-Verlag; 1997.
  3. Kienle GS, Kiene H. Die Coley’sche Fiebertherapie der Krebserkrankung – Historischer Markstein oder heute noch Vorbild? Ein Beispiel für Cognition-based Medicine. Der Merkurstab 2003;56(6):355-364.
  4. Kienle GS. Fever in Cancer Treatment: Coley’s Therapy and Epidemiologic Observations. Global Advances in Health and Medicine 2012;1(1):92-100.
  5. Turner K. 9 Wege in ein krebsfreies Leben. München: Irisiana Verlag; 2015.
  6. Simonton OC, Matthews Simonton S, Creighton J. Wieder gesund werden: Eine Anleitung zur Aktivierung der Selbstheilungskräfte für Krebspatienten und ihre Angehörigen. 15. Aufl. Reinbek: Rowohlt; 2001.
  7. Ulrich J. Selbstheilungskräfte, Quellen der Gesundheit und Lebensqualität. 4. Aufl. Stuttgart: aethera® im Verlag Urachhaus; 2018.
  8. Ulrich J. Unlocking Your Self-Healing Potential: A Journey Back to Health Through Authenticity, Self-determination and Creativity. Edinburgh: Floris Books; 2018.   

Research news

Phase IV trial: Kalium phosphoricum comp. versus placebo in irritability and nervousness 
In a new clinical study, Kalium phosphoricum comp. (KPC) versus placebo was tested in 77 patients per group. In a post-hoc analysis of intra-individual differences after 6 weeks treatment, a significant advantageof KPC vs. placebo was shown for characteristic symptoms of nervous exhaustion and nervousness (p = 0.020, p = 0.045 resp.). In both groups six adverse events (AE) were assessed as causally related to treatment (severity mild or moderate). No AE resulted in discontinuation of treatment. KPC could therefore be a benefical treatment option for symptomatic relief of neurasthenia. The study has been published open access in Current Medical Research and Opinion:  
https://doi.org/10.1080/03007995.2023.2291169.