Enfermedad y curación

Matthias Girke, Georg Soldner

Última actualización: 21.09.2021

Si se produce un desequilibrio en la trimembración del organismo se pueden desencadenar procesos de enfermedad. Si predomina la tensión en la consciencia, depresión que paraliza, así como poca actividad corporal, estas pueden llevar a las enfermedades más frecuentes que se relacionan con el estilo de vida occidental – diabetes mellitus, síndrome metabólico – y con procesos catabólicos unilaterales – como esclerosis, p. ej. la esclerosis arterial – que acompañan estos procesos, que se basan sobre todo en una predominancia del sistema neuro-sensorio.

Si predominan las funciones polares, del sistema metabólico-motor, se pueden desarrollar procesos inflamatorios que causan calor. Todo movimiento corporal es acompañado de calor y fenómenos que pueden definirse como cercanos a la inflamación. Al fin y al cabo la inflamación misma es un proceso metabólico intenso, que reconoce imunológicamente lo “ajeno” en el organismo – como necrosis de tejidos, cuerpos extraños, estructuras antigénicas – y las “digiere”.

Inflamación y esclerosis son enfermedades polares desde el punto de vista de la trimembración. También en la vida del ser humano se manifiestan biográficamente en tiempos polares: así se manifiestan los procesos inflamatorios ante todo en la niñez y en la edad avanzada las enfermedades degenerativas y la esclerosis.

De esta trimembración funcional del organismo humano resultan puntos de vista básicos para la terapia. Por ejemplo, pacientes que presentan fiebre aguda necesitan descanso, mientras que los pacientes con enfermedades esclerosantes necesitan una activación del sistema metabólico-motor, que puede ser fomentado por un estilo de vida con actividades y movimiento y las distintas formas de aplicación de calor. De esta relación surge claramente el motivo por el cual los médicos antroposóficos establecen una anamnesis, preguntando por las enfermedades febriles sufridas con anterioridad y la secuencia de distintas enfermedades. De estos datos los médicos pueden descubrir relaciones terapéuticas importantes. Los efectos polares constituyen así el organismo humano. De su actividad conjunta equilibrada depende la salud del ser humano y con ello el desenvolvimiento de su individualidad.   

Reencarnación y conformación del destino

El desarrollo del ser humano está unido inseparablemente a las vidas terrenas repetidas. Así como el ser humano despierta después de la noche, toma los hilos del día anterior y realiza nuevos impulsos, así el espíritu humano, luego de atravesar el umbral de la muerte, nuevamente “despierta” a un nuevo nacer para la vida terrena. A través de ello madura la individulidad y encuentra en la acción conjunta con otros seres humanos su destino. Según este concepto, desarrollado en el centro de Europa, como por ejemplo lo ha formulado Lessing (1), no es la redención sino la evolución, el sentido de estas vidas repetidas.
El desafío del terapeuta consiste en acercarse a este pensamiento en forma cognitiva, partiendo de algo hipotético y dejar que se convierta en algo “posible”. En ese proceso de contenido teorético al principio puede nacer una convicción de vida. Es sorprendente el relato de muchos pacientes, que no sólo cuentan experiencias postmortales o también prenatales, sino que también cuentan experiencias que, al ser iluminadas por el pensamiento en las vidas repetidas, ganan en importancia. Esto puede ser el caso en niños y en jóvenes. Enfermedades graves, justamente en esas edades, pueden entenderse en una relación más amplia, con otra perspectiva y sentido, sobre todo con la mirada hacia el futuro de la persona afectada. Todo ser humano conoce la experiencia en qué una vivencia de sufrimiento y desgracia puede contribuír a desarrollar nuevas facultades, compasión y una nueva postura frente a la vida. El pensamiento de las vidas repetidas (reencarnación) ilumina y posibilita la adquisición de un significado en la vida, que también incluya la enfermedad y discapacidad; frente a la visión genética, con su supuesta casualidad en las mutaciones genómicas. Amplia el entendimiento con la dimensión ético-espiritual necesaria en el curso de la evolución.
Los niños en sus primeros años con frecuencia tienen un recuerdo de lo prenatal y relatan a veces el recuerdo del deseo de nacer en esa familia respectiva. Hay niños que cuentan de una vida prenatal en regiones del mundo, donde no hay una convicción cultural o religiosa de la preexistencia, (2).

Benjamin Franklin (1706 – 1790) a los 23 años formuló el pensamiento de vidas repetidas en la inscripción diseñada para su tumba de la siguiente manera: “Aquí descansa el cuerpo de Benjamin Franklin, un impresor de libros, como alimento para los gusanos, cual tapa de un libro antiguo, vacío de contenido, privado de título y letras doradas...Pero la obra misma no está perdida, volverá a aparecer en una edición nueva, más bella, revisada y mejorada por el autor.” (3)

En palabras poéticas Christian Morgenstern (1871 – 1914), a los 19 años escribió este texto:

¡Cuántas veces he caminado 
por ese mundo del sufrimiento,
cuántas veces he transformado
la materia, la forma de la vestidura de la vida?

¿Cuántas veces habré caminado
por ese mundo, fuera de él,
para comenzar eternamente de nuevo,
henchido de nuevas esperanzas?

Se eleva y desciende la ola –
Así vivimos sin descanso;
Imposible que se eleve
Y no vuelva - hacia el confin. (4)

Bibliografía

  1. Lessing GE. Die Erziehung des Menschengeschlechts. Stuttgart: Philipp Reclam jun.; 1980.
  2. Emmons NA, Kelemen DA. I've got a feeling: Urban and rural indigenous children's beliefs about early life mentality. Journal of Experimental Child Psychology 2015;138:106-125.[Crossref]
  3. Franklin B. zitiert nach Bock E. Wiederholte Erdenleben. Die Wiederverkörperungsidee in der deutschen Geistesgeschichte. Frankfurt a. M.: Fischer Taschenbuch Verlag; 1981.
  4. Morgenstern C. Werke und Briefe. Band I - Lyrik 1887 – 1905. Stuttgart: Verlag Urachhaus; 1988.

Research news

Phase IV trial: Kalium phosphoricum comp. versus placebo in irritability and nervousness 
In a new clinical study, Kalium phosphoricum comp. (KPC) versus placebo was tested in 77 patients per group. In a post-hoc analysis of intra-individual differences after 6 weeks treatment, a significant advantageof KPC vs. placebo was shown for characteristic symptoms of nervous exhaustion and nervousness (p = 0.020, p = 0.045 resp.). In both groups six adverse events (AE) were assessed as causally related to treatment (severity mild or moderate). No AE resulted in discontinuation of treatment. KPC could therefore be a benefical treatment option for symptomatic relief of neurasthenia. The study has been published open access in Current Medical Research and Opinion:  
https://doi.org/10.1080/03007995.2023.2291169.