Introducción a la comprensión del ser humano en la medicina antroposófica

Matthias Girke

Última actualización: 21.09.2021

Todo sistema médico tiene como base la imagen del ser humano, la medicina convencional actual tiene una imagen bio-psico-social. La meta de la medicina antroposófica es comprender al ser humano como un ser físico, anímico y espiritual, orientando en correspondencia el diagnóstico y la terapia según esta comprensión abarcante del ser humano. Reconoce con ello no sólo lo físico (cuerpo), sino también lo vital, anímico y espiritual como realidad propia.

En primer lugar los niveles que señalan algo que supera lo físico no son accesibles a las experiencias sensoriales, sino realmente “suprasensoriales”. Para ser captados o entendidos por el conocimiento exigen de una metodología independiente. El proceder causal-analítico aparece sólo como un modo del conocimiento que es adecuado sobre todo para la dimensión somática del ser. Ya no  se ajusta al ámbito de lo vivo. El organismo no puede ser descrito como una relación simple de causa-efecto. De igual modo es válido para el ser anímico y el ser espiritual, que se sustrae a una observación meramente corporal, usando medidas, números y peso. Por lo tanto esta imagen humana exige una actividad cognitiva que se adecue a los ámbitos mencionados.

La contemplación de la imagen humana, del organismo en su totalidad, pero también aquella que se refiere a cada uno de sus órganos puede ser considerada completa, si en ella se encuentran estos cuatro niveles. Lo mismo vale para la comprensión de enfermedad y terapia. La eficiencia de lo corporal, lo vital, lo anímico y lo espiritual forman la base para la acción terapéutica e iluminan la relación del ser humano con los distintos reinos de la naturaleza. 

Research news

Non-pharmacological interventions with good clinical evidence for chemotherapy-induced neuropathy
Chemotherapy-induced peripheral neuropathy (CIPN) is the most common side effect for oncology patients. Therefore, their interest in complementary non-pharmacological therapies is high. A current scoping review presents the clinical evidence of therapies used in this context. Relevent studies published between 2000 and 2021 were analyzed. The panel of authors identified 17 supportive interventions, which they included in their assessment. Most were phytotherapeutic interventions including external applications and cryotherapy, hydrotherapy, and tactile stimulation. More than two-thirds of the consented interventions were rated with moderate to high perceived clinical effectiveness in therapeutic use. Therefore, the experts endorse these complementary procedures for the supportive treatment of CIPN. The review is available at: 
https://doi.org/10.3390/medsci11010015.