Fricciones rítmicas según Wegman/Hauschka en lactantes y niños pequeños

Anette Beisswenger

Última actualización: 25.09.2022

Queridos padres!

Imagínense estar parados en una playa de arena cálida junto al mar, las olas del agua bañan rítmicamente sus pies y Ud. percibe y escucha el ritmo de las olas que se repliegan. La percepción de la repetición rítmica tiene algo tranquilizante, suavizante. Es expresión de una fuerza natural que nos toca apenas nos encontramos con ella. El líquido amniótico bañaba en pequeños movimientos ondulantes al niño aún no nacido.

El amor creciente a su niño va formando – antes, pero también después del nacimiento – la envoltura protectora y el amparo, que en el vientre materno tenía físicamente. El recién nacido abandona el espacio protegido, el mundo prenatal de la madre y se encuentra en el mundo exterior por vez primera para ser tocado, contemplado y causar asombro.

Para su niño son circunstancias nuevas: la vivencia de la gravedad y de las temperaturas cambiantes, experiencias distintas de gusto y olfato, ser vestido y arropado, ser alimentado y muchos factores más. También ser tocado se convierte en una experiencia distinta. Antes estaba el contacto con el líquido amniótico, el tocarse a sí mismo, la pared interior uterina y las manos de la madre desde afuera. Después del nacimiento experimenta el contacto directo sobre su piel. Este contacto amoroso tiene una enorme importancia abarcante para su niño recién nacido. El niño proviene de un espacio líquido y de calor, en el cual la temperatura siempre era constante y equilibrada. El calor que su niño podía percibir en el vientre materno – corporal-y físicamente – contribuyó s su crecimiento y su bienestar; el calor será también importante en su evolución posterior.

Ud. puede vivenciar claramente el calor corporal, cuando, por ej., enfrenta las palmas de sus manos y disminuye la distancia entre ellas cada vez más. El calor y el ritmo en el movimiento de las manos son los elementos básicos de las fricciones rítmicas y de la respiración calórica.

¿Qué son las fricciones rítmicas y cuáles son sus efectos?

Las fricciones rítmicas consisten en aplicar una sustancia a través del contacto con las manos cálidas y perceptivas y la realización rítmica de movimientos como caricias, según las indicaciones. Éstas fueron desarrolladas por las médicas Dra. Ita Wegman (1876-1943) y la Dra. Margarethe Hauschka (1896-1980) en el Instituto Clínico Terapéutico (hoy Clínica Arlesheim) y desde ese tiempo son transmitidas en todo el mundo a terapeutas, terapeutas corporales y parteras en cursos y se aplican en niños pequeños. Su acción es calmante, relajante, antiespasmódica, profundiza la respiración y da calor.

¿Qué es la respiración calórica y cuáles son sus efectos?

Esta técnica de tomar contacto a través de la piel fue desarrollada especialmente para lactantes y niños pequeños a partir de las fricciones rítmicas. Consiste en un envolver con ambas manos las partes corporales del niño a tratar. Las manos del terapeuta se mueven de modo rítmico, como una respiración, en una cualidad de movimiento como concentrar y soltar. Las manos permanecen siempre en contacto con la ropa, o la piel del niño, para que él vivencie este contacto como un movimiento rítmico, tibio y respirado.

La fricción para lactantes y niños pequeños puede realizarse sobre el niño vestido – aplicable así en todas las situaciones de la vida – o directamente sobre la piel, con una sustancia a elección. La respiración calórica actúa calentando, calmando, distendiendo, disolviendo espasmos y profundizando la respiración. Transmite calor, envoltura, amparo, seguridad y confianza en el sentido de una acción que favorece la relación.

¿Cuándo se aplica la respiración calórica?

  • En la higiene diaria
  • En situaciones cotidianas como intranquilidad, espasmos digestivos, insomnio.
  • En enfermedades (en este lugar no es posible dar más explicaciones, ya que requieren un acompañamiento profesional y/o una receta médica).

Generalidades sobre la respiración calórica en el lactante y en el niño pequeño

Las manos pueden “hablar” al niño, cuando se aplican con atención y cuidado. Conocemos la sensación de un abrazo cálido.

El niño intranquilo necesita que la madre o el padre esteen presentes en forma calma y cuidadosa. Para poder relajarse, necesita en primer lugar la atención total y el cariño de los padres.

Intervenir en esta situación lleva al adulto a sí mismo, y volverse más calmo. Lo que nos puede ayudar a tener calma antes de la aplicación de la respiración calórica son cortas pausas en el aire fresco, caminar unos pasos, respirar profundamente y tener un buen pensamiento. La calma propia se transmite en el mejor sentido al niño.

Un corto ejercicio previo para el adulto

Disponga sus manos enfrentadas (con las palmas) en el exterior de sus muslos y experimente lo que percibe: tela de la ropa, calor, forma del cuerpo, tensión muscular. Intensifique el contacto de sus manos, juntándolas más, como si una ola se moviera en dirección a la mitad de su muslo y volviera a sus manos, en un ritmo ondeante de seis veces por minuto.

Llamamos a este movimiento respiración calórica, es el movimiento básico de la fricción en el niño. Cada vez, cuando posamos las manos en los lugares indicados en el cuerpo del niño, realizamos la respiración calórica, unas seis veces por minuto, durante dos minutos. .

La respiración calórica en la higiene diaria

Tener las manos cálidas y un ambiente cálido son las mejores condiciones al desvestir al niño, para aplicar luego una sustancia. Hay que prestar atención, de que sólo la parte del cuerpo a tratar esté descubierta, el resto permanece tapado.

Un concepto muy importante para la respiración calórica del niño es:¡menos es más! Lo que quiere decir, que al realizar la respiración calórica, es necesario hacerlo con toda la atención posible.

Realización

  • El niño está acostado en la mesa que se usa para cambiarlo tapado con un paño cálido.
  • Nos ubicamos a los pies del niño
  • Comenzamos con un toque en la cabeza, luego sigue parte por parte todo el cuerpo.
  • El aceite, la emulsión o la crema se calienta en las manos y luego se aplica en cada parte del cuerpo.

La descripción siguiente explica el tratamiento de todo el cuerpo. Se pueden tratar también sólo algunas partes.


1. Cabeza

Las manos comienzan con un gesto envolvente alrededor de la cabecita y sostienen la parte posterior con ambas manos superpuestas (Imagen 1 y 2). Los antebrazos se apoyan junto al cuerpo del niño. ¡Sostenemos la cabecita! ¡Aún no realizamos la respiración calórica ni la fricción!

Soltamos poco a poco las manos deslizándolas hacia los costados de la cabeza. La cabeza es sólo en los primeros meses de vida parte del tratamiento, en el niño mayor, ya no es parte del tratamiento.

 

Imagen 1: Comienzo del gesto envolvente. © Anette Beisswenger

Imagen 2:  Sostén de la cabeza con ambas palmas de las manos. © Anette Beisswenger


2. Los pies

La mano derecha toma las plantas de los pies sobre la palma y la mano izquierda tapa los pies (Im. 3) Las palmas de las manos se concentran suavemente hacia los piecitos y se alejan en el sentido de la respiración calórica. Cuando los niños ya gatean se trata cada piecito por separado (Im. 4).

 

Imagen 3: Respiración calórica en los pies. © Anette Beisswenger

 

Imagen 4: Respiración calórica en los pies de niños que ya gatean. © Anette Beisswenger


3. Pantorrillas y muslos

La mano izquierda se ubica en la parte exterior de la pantorrilla derecha, luego la mano derecha en la parte exterior de la pantorrilla izquierda. Los pulgares descansan sin tensión a la altura de la rodilla del niño. En esta posición se realiza la respiración calórica con ambas manos (Im. 5).

A continuación se friccionan del mismo modo los muslos del niño, ubicando primero la mano izquierda en la parte exterior del muslo derecho y luego la mano derecha en la parte exterior del muslo izquierdo (Im.5). Durante la respiración calórica las yemas de los dedos descansan lateralmente en las caderas. A partir de la edad del gateo realizamos la respiración calórica en forma separada alrededor de la pierna derecha y de la izquierda.

 

Imagen 5: Respiración calórica en la pantorrilla. © Anette Beisswenger


4. Manitas, antebrazos y brazos

Su mano derecha se ubica al costado de la manita izquierda y el antebrazo hasta el codo y su mano izquierda envuelve la manita derecha y el antebrazo derecho hasta el codo (Im.6). Luego se continúa con la respiración calórica. En los brazos se procede de igual manera como en los antebrazos para proceder a la respiración calórica (Im. 7). A partir de la edad del gateo se realiza cada brazo por separado

 

Imagen 6: Respiración calórica en el antebrazo. © Anette Beisswenger

 

Imagen 7: Respiración calórica en el parte superior del brazo. © Anette Beisswenger


5. Abdomen

El abdomen se trata con el niño acostado de espaldas, la mano derecha se ubica en la parte inferior de la espalda y la mano izquierda sobre el abdomen del niño (Im. 8).
Otra variante, si el abdomen está muy hinchado, es la respiración calórica en la posición de costado del niño. Si el niño está acostado sobre la izquierda, la mano izquierda se ubica en la parte inferior de la espalda, la palma de la mano debajo del sacro y los dedos muestran en dirección de la cabeza del niño. La mano derecha se ubica sobre el abdomen del niño. A continuación se realiza la respiración calórica.
Variante: el niño se ubica con el abdomen apoyado sobre el antebrazo izquierdo del terapeuta, el abdomen descansa en la mano izquierda abierta. La mano derecha se ubica en la parte inferior de la espalda del niño.
Respiración calórica entre ambas manos.

 

Imagen 8: Respiración calórica en el abdomen. © Anette Beisswenger


6. Escalda

El niño está acostado de bruces. Ubique ambas manos en la espalda del niño, con los dedos señalando hacia la cabeza, las palmas de las manos aproximadamente sobre las caderas. En ese lugar las manos se mueven delicadamente hacia el niño y se alejan, en el sentido de la respiración calórica.

 

Imagen 9: Respiración calórica en la espalda. © Anette Beisswenger

¿Qué hacer en cólicos, intranquilidad e insomnio?

Básicamente es válido: disponer de calma y distensión, tanto ambiental como en el ánimo del adulto. Las situaciones “inconvenientes” aparecen más a menudo si, por ej. el niño no está recostado sobre la mesa habitual donde es cambiado porque están en camino, o es en medio de la noche. Estas situaciones requieren ser adaptadas, a veces con recursos extraordinarios. En estos casos la respiración calórica se realiza sobre la ropa del niño, para no tener que desvestirlo para que la respiración calórica sea efectiva. El tratamiento se puede realizar con el niño sobre el regazo, enfrentado, de modo tal que las manos ya pueden tocar la espalda en la respiración calórica.

  • En cólicos y espasmos

El niño necesita calma y calor para recibir su alimento y poder digerirlo. Si está rodeado de impresiones innecesarias, que lo distraen, se pueden presentar disturbios en el proceso digestivo. Si la pancita no tiene calma para digerir, se torna “nerviosa” y aparecen cólicos. También hay que evitar ropa demasiado estrecha. Para facilitar el trabajo digestivo del niño se puede taparlo con un paño liviano de lana sobre la ropa, alrededor del abdomen. Sobre la ropa o sobre la piel se comienza la respiración calórica, probando la mejor posición del niño, de espaldas, de costado o de bruces recostado sobre el antebrazo izquierdo del terapeuta. 

  • En intranquilidad, llanto

En primer lugar no intentar distraerlo por animación, lo que solo intensifica la intranquilidad, sino crear elementos de calma. Tratar de encontrar el motivo de la intranquilidad o del llanto y, en lo posible, solucionarlo. Sostener al niño en los brazos, hablarle en forma tranquila, cantar o, dado el caso, envolverlo en una manta (arroparlo). Sobre la ropa efectuar la respiración calórica en el abdomen y los brazos, o también en las pantorrillas. Si se quiere agregar una sustancia, se recomienda el aceite de rosas de Hauschka por su efecto armonizante.

  • Insomnio

En primer lugar crear una situación en la cual pueda reinar la calma. También para nosotros mismos. Quizás ventilar el ambiente para que entre aire fresco, reducir la luz y controlar los pañales del niño, si tiene los piecitos cálidos. Si están fríos, es bueno realizar la respiración calórica en los piecitos y en las pantorrillas, o ponerle zoquetes de lana. Hablar con voz queda, calma. Cantar una canción de cuna. La respiración calórica en la espalda favorece el sueño, se puede intensificar con aceite de rosa de HAUSCHKA.

Indicaciones para las sustancias
Emplear aceites de buena calidad, si es posible de origen biológico o biodinámico, por ej.:  

  • Aceite de almendras o de oliva suave,    
  • Loción de malva WELEDA si la piel es seca ,
  • Aceite de rosa WELEDA o aceite Hauschka en intranquilidad, llanto, insomnio.

Se recomiendan los productos de WELEDA y WALA Hauschka. Estos laboratorios trabajan exclusivamente con materias primas naturales de origen biológico o biodinámico. La elaboración se realiza según procesos ritmizantes.

Research news

Phase IV trial: Kalium phosphoricum comp. versus placebo in irritability and nervousness 
In a new clinical study, Kalium phosphoricum comp. (KPC) versus placebo was tested in 77 patients per group. In a post-hoc analysis of intra-individual differences after 6 weeks treatment, a significant advantageof KPC vs. placebo was shown for characteristic symptoms of nervous exhaustion and nervousness (p = 0.020, p = 0.045 resp.). In both groups six adverse events (AE) were assessed as causally related to treatment (severity mild or moderate). No AE resulted in discontinuation of treatment. KPC could therefore be a benefical treatment option for symptomatic relief of neurasthenia. The study has been published open access in Current Medical Research and Opinion:  
https://doi.org/10.1080/03007995.2023.2291169.