Tratamiento antroposófico psicoterapéutico como apoyonecesario en el tratamiento médico-antroposófico de un trauma infantil severo

Estudio de un caso singular

John Lees

Última actualización: 08.02.2023

Introducción

En este caso particular se trata del modo del trabajo en conjunto y de cómo la psicoterapia antroposófica y la medicina antroposófica (MA) han colaborado en un trauma infantil severo. La psicoterapia antroposófica sigue los mismos principios que la MA, orientándose en forma integrativa y basándose en los métodos psicoterapéuticos existentes, ampliándola con “nuevos conocimientos”, que se encontrarán a través de “otras metodologías” (1). Todo psicoterapeuta antroposófico se abocará a su trabajo a partir de otra perspectiva, según sus estudios previos y disposición. Mi visión de la psicoterapia antroposófica no está pensada como modelo para otros. Es mi modo propio y mi idiosincrasia para practicar la psicoterapia antroposófica.

El caso

Visión general

La clienta, que quiero nombrar como Andrea, tenía un padre agresivo, abusador, y desde su nacimiento fue testigo de cómo su madre y sus hermanas fueron víctimas del abuso sexual repetido y cómo fueron golpeados en forma repetida. Ella misma también fue golpeada. Esto llevó a trastornos de ansiedad generalizados y a un miedo a algo que era “más grande” que ella misma, así como a frecuentes ataques de pánico y depresiones. Ella tenía poca orientación en su vida, mostrando una evolución biográfica regresiva, llevando a la edad de 33 años un estilo de vida juvenil. Su vida era caótica, con poco orden y estructura (p.ej. la falta de un ritmo regular de sueño-vigilia, siempre llegaba tarde a las entrevistas). Ella es de estatura baja, sus ojos me recuerdan los cuadros de Botticelli, su cabello es castaño rojizo y tiene una sonrisa juguetona. Sufre de una desregulación emocional y de una vida de pensamientos incontrolados: “Me resulta difícil controlar mis pensamientos, y me harta escucharlos, porque me pueden contar todo, lo posible y lo imposible, por eso no les confío. Aparecen simplemente, y es un trabajo agotador juzgarlos. Es como si tuviera perros en la cabeza que se muerden mutuamente y tengo miedo de perderme en esa lucha”. Ese miedo la llevó con frecuencia a intentar resolver hechos insolubles de su vida, cuando ellos se presentaban, lo que provocó la hiperactivación de su sistema nervioso central y una consciencia inundada por ideas arbitrarias. Hasta hechos relativamente insignificantes, como por ej. el ofrecimiento de una entrada a un concierto en su día libre podía desencadenar el caos: “Yo no quería pensar...yo pensé que yo misma era peligrosa...ya no confiaba en mí misma… el problema crecía y yo no podía tomar una decisión.”

La creación de un ambiente de confianza en el trabajo terapéutico

En la terapia primeramente se investigaron los síntomas complejos y se construyó una unión psicoterapéutica en confianza, para tratar el estilo desorganizado de sus relaciones sociales. Pero como en todos los casos de un trauma temprano, Andrea vivenciaba los efectos de ese trauma tanto en forma corporal como psíquica. No sólo su sistema nervioso autónomo estaba activado (2), sino los problemas se extendían también a sus órganos internos, como lo describe el concepto de la carga alostática (3). Ella vivenciaba una multitud de sensaciones corporales cuando estaba agitada: un sabor amargo en la boca, taquicardia, temblores, una alta concentración en el cerebro al intentar controlar sus pensammientos, dificultades para tragar y ardor en las manos. Por estos motivos la remití a un médico antroposófico, que realizó un tratamiento. Una medicación primera se realizó con el preparado Conchae, que la protegería de los sentimientos fuera de control.

Trabajo en común entre la medicina antroposófica y la psicoterapia antroposófica

No me concentraré sobre los medicamentos, sino sobre la psicoterapia y el modo en el que yo me dirigí a Andrea, cuando la medicación comenzó a hacer efecto. Su cuerpo comenzó a desarrollar enfermedades febriles, pero ellas tenían in efecto positivo al posibilitar que sentimientos que quedaron sepultados podían entrar en su vida anímica consciente. Los medicamentos aflojaron el cuerpo de Andrea, que debido al trauma se había tornado frío y tenso, permitiendo que los recuerdos traumáticos afloraran en su vida anímica consciente. Ésto me posibilitó crear un espacio psicoterapéutico curativo, en el cual podía tener lugar la transición desde la enfermedad hacia la salud.

Memoria, concentración y musicalidad como signos de las fuerzas vitales en crecimiento

El espacio antroposófico-psicoterapéutico dio a Andrea la posibilidad de hablar de los cambios que experimentaba. Comenzó a relatar experiencias que nunca antes había descrito. Me contó, por ej., que un día se despertó al mediodía y se alegró, fumó un poco de marihuana y tocó algo de Tom Waits en su guitarra. Estaba en un estado de ánimo triste, de “blues”, lo que se reflejaba en una chacona de Bach, que ejecutó en su violín, en forma “limpia” y le dio la sensación de “calma”. Luego apareció la imagen del padre, que cantaba una canción de Demis Roussos. Él lloraba. Primero ella no tenía hambre, pero su boca tenía un sabor amargo, de modo que se dirigió a la heladera en la cocina para ver qué había para comer. No podía decidirse y volvió llorando a la cama. Ésta fue la primera vez en la que ella pudo relacionar la comunicación entre una experiencia reciente y una del pasado. Esta vivencia muestra con la facilidad que su labilidad emocional podía evidenciarse – en este caso por el recuerdo de su padre abusador – y cómo ésto hacía efecto en lo que ella hacía.

Luego aparecieron otros recuerdos penosos de su niñez – su padre se quejaba del “ruído” de su violín cuando ella practicaba, el padre se expresaba criticándola, la rebajaba y atacaba su femineidad como teenager, cuando se puso un vestido y una camisa grande y se peinaba el cabello, él le dijo que era “una prostituta y una mujer desaseada”, le dio patadas y mencionó también “cosas sexuales”: “hasta los buenos recuerdos se ensucian... Cuando yo era pequeña, dormía con mis padres; recuerdo claramente que mi padre violó a mi madre; ella dijo: “por favor, no”... “mi hermana mayor recuerda que él me gritó porque yo lloraba sin interrupción”.

Primeramente se fortificaron los sentimientos sin control de Andrea. En una sesión (que debido al primer lockdown en Gran Bretaña 2020 no se realizó en el consultorio, sino por teléfono) ella habló aceleradamente, lloraba y gritaba acerca de un escenario, en el cual se produjo una discusión con una amiga. Habló durante unos treinta minutos en tiempo acelerado, en voz alta y sin interrupción.

En un punto determinado de la terapia se agregó un elemento nuevo. Por primera vez manifestó algunos recuerdos buenos. Por ej.: “Los domingos íbamos a la iglesia; yo recuerdo el incienso y una imagen en la pared de la iglesia; la misa, el agua bendita, santiguarse; tenía el sentimiento de querer permanecer en la iglesia, algo me decía, que debería permanecer allí .

Resultados: fijar el pasado y el futuro con compasión y perdón.

En la sanación de Andrea hubo cinco aspectos principales. Primero, el desarrollo de una vida estructurada con menos dificultades en el pensar, la mejor organización cotidiana y la participación regular y puntual en las sesiones. Segundo, una clara orientación hacia el futuro como pedagoga, que incluía el estudio en una universidad y si fuese necesario, el trabajo como suplente. Tercero, un relato más consciente y completo de los recuerdos: “podemos experimentar nuestra propia identidad recién cuando hemos trabajado con nuestros recuerdos y estos recuerdos son accesibles para nosotros en forma abierta”. (4) Cuarto, la actitud frente a su padre se ha modificado. En un punto determinado de la terapia me preguntó si debería visitar a su padre enfermo, ya moribundo, en una institución, ya que la mayoría de sus familiares, con excepción de una hermana mucho mayor, se negaban a verlo. Mi sugerencia fue que durante tres noches piense en él en forma meditativa y que recién entonces tome la decisión de verlo o no (5). Ella decidió ir a verlo. Luego comenzó a cuidarlo, le cambiaba sus “pañales” y comenzó a interesarse por su biografía. Él nació en 1930 en Libia y llegó en 1941 o 1942 a Italia, cuando Libia se había transformado en zona de guerra. Después de esta sesión ella me envió una noticia, en la que me comunicaba que su padre estaba a punto de morir, junto a una foto encantadora de su padre, que a la edad de cinco años la tiene en brazos. Ella ahora fue capaz de perdonarle los abusos y adoptar una postura moral positiva frente a él, lo que es un gesto espiritual importante. Quinto, tomar la gran responsabilidad de su futuro (1). Se trata de invertir su regresión biográfica y permitir que su yo espiritual eterno “pueda someterse a las fuerzas psicológicas...Ésto puede llevar a lo que hemos llamado previsión, como también a la realización de metas espirituales elegidas conscientemente.” (6) Ésto se evidenció en el modo en el que ella acompañaba el proceso de muerte de su padre, perdonándole su trato abusivo y dándole a su vida una dirección clara, orientada hacia el futuro. Ella desarrolló un sentido de responsabilidad para otros y para el mundo, lo que se evidenció en su decisión de ser maestra, ocuparse de su padre y ubicar la vida y la enfermedad del padre en un contexto histórico.

Intervenciones psicoterapéuticas  

Para apoyar el tratamiento médico fueron necesarias sesiones psicoterapéuticas frecuentes para armonizar las modificaciones en la vida de Andrea, causadas por el tratamiento médico. Se trataba de estabilizar su vida anímica, porque la sanación puede ser tormentosa, ya que significa dar un paso a lo incierto, porque abandona la “zona de confort de la enfermedad”: “Justamente la persona psíquicamente anormal siente una cierta satisfacción en su actividad anímica anormal y le cuesta abandonarla” (7).

Por encima de ello existe un principio supraordenado de las intervenciones antroposófico-psicoterapéuticas, de integrar en conjunto las narraciones de la paciente en forma coherente, ser un observador participante y notar fenómenos significativos, que son informados por la clienta en el proceso clínico o son demostrados, así como tener en la consciencia los hechos desde el punto de vista de la imagen humana desde la antroposofía, llevar la atención de la clienta a los fenómenos y al mismo tiempo, si es necesario, integrar explicaciones al respecto, aunque ésto no siempre es necesario.

En el caso de Andrea hubo muchos de estos fenómenos, algunos de los cuales ya fueron mencionados – la descripción cuidadosa de su vida pensante, la aparición de recuerdos perturbadores y ante todo, la facultad de mostrar, cómo sus vivencias del presente son influídas por recuerdos debajo del nivel de la consciencia, que en momentos inesperados irrumpieron en la consciencia y pudieron tener un fuerte efecto sobre el estado espiritual del presente, asi como la aparición de buenos recuerdos y cómo tratar la muerte de su padre abusador con amor y perdón. Yo comenté estos fenómenos de distintos modos para aclarar así, que el cuerpo vital, que es la base de su vida anímica, se fortaleció, por lo cual sus recuerdos también fueron fortalecidos y su yo interior adquirió la facultad de regir sobre su vida.

Ésto lleva al punto siguiente, que es el reconocimiento y la realización de su esencia espiritual, en el sentido de la organización del yo. Es un aspecto esencial de la psicoterapia antroposófica trabajar de ese modo. Ya en las primeras sesiones se destacó que Andrea es una persona dotada y sensible. En la primera sesión ella habló de su intento de crear “otro tipo de proyecto con otro tipo de lenguaje”. Luego me dio un hermoso ejemplo. Su hermana menor con síndrome de Down no podía levantar sus brazos, y nadie podía ayudarle, pero Andrea lo hizo en el espacio de diez minutos: le dibujo pequeñas estrellas sobre sus uñas y acto seguido le animo a estirar sus brazos hacia arriba. Otro ejemplo aconteció en el año 2020, cuando en vez de dar indicaciones a los niños para usar una máscara, como le habían ordenado en el curso, ella inventó juegos con máscaras. Estos ejemplos demostraron que su yo espiritual, a pesar de los traumas sufridos, estaba en condiciones de tomar su vida en sus manos en forma altamente creativa.

En correspondencia de la edad biográfica de Andrea, yo asumí la responsabilidad para representar temporalmente, pero con frecuencia, los aspectos no desarrollados de su vida anímica,para dar más coherencia y comprensibilidad a sus relatos, al dedicarme durante un tiempo (a veces  más que en una sesión), a pedirle que recordara situaciones y acontecimientos de su vida, incluyendo una serie de impresiones sensoriales, hasta tener yo una imagen espiritual clara de los hechos a los cuales se refería, como si yo fuera “una mosca en la pared” (II). Con ello se tiene en cuenta el significado del desarrollo de representaciones en imágenes en el trabajo terapéutico. En la introducción de este principio Dekkers cita a Rudolf Steiner (8), que nos anima a “educarnos en la fenomenología, para lograr unirnos con los fenómenos del mundo circundante”. Se llega entonces a un momento, en el cual no deberíamos apoyarnos en imágenes verbales. Con esta memoria fortificada crece nuestro interés en el mundo exterior. Fue necesario tomarse tiempo en el relato de situaciones y acontecimientos, porque al comienzo del tratamiento existía una comunicación caótica y confusa en base al hecho, que el inglés era su segundo idioma, por lo que ella con frecuencia se expresaba en forma poco clara e incoherente cuando estaba emocionalmente agitada.  Ejemplos para ello fueron los hechos con las entradas al concierto, así como la mañana, en la que tocó piezas de Tom Waits y de Johann Sebastian Bach (4).

De hecho la relación terapéutica durante todo el tratamiento poseía tres elementos importantes. Primero aplique el principio terapéutico general del containment, con el que se intentó suplantar la carencia del soporte materno, reflejo congruente y comprensión (debido a la traumatización de la madre) en los primeros siete años de vida. Andrea misma tomó medidas acertadas para protegerse a sí misma, al decidir, en el momento del primer lockdown en Gran Bretaña 2020, a vivir con su familia de origen en Italia. Segundo, la conducción de las sesiones fue tomada para estabilizar las emociones y la impresionabilidad de su vínculo. Un ejemplo de ello fue que Andrea, al principio de una sesión habló unos treinta minutos en voz alta.Yo intervine y hablé con voz firme, pero calma, y cuando yo obré así, ella se tranquilizó y escuchó con atención. Ésto es nombrado como la ley pedagógica, en la cual mi yo confirió una dirección a la conducta psíquicamente alterada de Andrea (9). Tercero, con frecuencia resumí las sesiones, evaluando los progresos y relacionando las sesiones entre ellas, ya que ella con frecuencia estaba dominada por los acontecimientos y no podía construír un relato biográfico sólido (4). Ésto tenía como meta crear una coherencia salutógena para comprender las relaciones en su biografía y reconocer su significado para poder así superarlas (10). Se trataba de visualizar la coherencia de los acontecimientos de su vida como resultado de la comprensión, del sentido y el trato con ellos.

Resumen 

Como ya fue indicado, este informe no pretende ser una forma general protocolada de la psicoterapia antroposófica, sino meramente quiere mostrar el modo en el cual yo realicé la terapia. A pesar de existir elementos comunes, que ante todo son empleados por psicoterapeutas antroposóficos – una comprensión del ser humano  trimembrado y tetramembrado y una comprensión de la biografía –, cada terapeuta adaptará estos principios a su estilo propio individual.

Observaciones

I.- En el sentido del desarrollo comprendido desde la antroposofía, es ésta una cualidad que se desarrolla sobre todo entre los 35 y los 42 años de vida y se denomina alma consciente. Andrea cumplió mientras tanto los 35 años de vida.

II.- Estos aspectos de la vida anímica son llamados alma sensible o racional.

Bibliografía

  1. Steiner R, Wegman I. Grundlegendes für eine Erweiterung der Heilkunst. GA 27. 8. Aufl. Dornach: Rudolf Steiner Verlag; 2014, S. 7.
  2. Levine PA. In an Unspoken Voice: How the Body Releases Trauma and Restores Goodness. Berkeley, CA: North Atlantic Books; 2010.
  3. McEwen BS. Allostasis and allostatic load: implications for neuropsychopharmacology. Neuropsychopharmacology 2000;22(2):108-124. DOI: https://doi.org/10.1016/S0893-133X(99)00129-3.[Crossref]
  4. Dekkers A. A Psychology of Human Dignity. Great Barrington, MA: Steiner Books; 2015, S. 15.
  5. Steiner R. Esoterischen Betrachtungen karmischer Zusammenhänge. Bd. 2. GA 236. 6. Aufl. Dornach: Rudolf Steiner Verlag; 1988, S. 119–120.
  6. Treichler R. Psychiatry. In: Husemann F, Wolff O (Hg.). The Anthroposophical Approach to Medicine. Bd. 3. New York: Anthroposophic Press; 1989, S. 255-379.
  7. Steiner R. Zeitgeschichtliche Betrachtungen. Bd. III. Die Wirklichkeit okkulter Impulse. GA 173c. 5. Aufl. Dornach: Rudolf Steiner Verlag; 2014, S. 71.
  8. Dekkers A. The journey from word images to pictorial images. Beitrag in Vorbereitung (2022, S. 2–3).
  9. Steiner R. Heilpädagogischer Kurs. GA 317. 8. Aufl. Dornach: Rudolf Steiner Verlag; 1995.
  10. Antonovsky A. Health, Stress and Coping. San Francisco: Jossey-Bass Publishers; 1979.

Research news

Phase IV trial: Kalium phosphoricum comp. versus placebo in irritability and nervousness 
In a new clinical study, Kalium phosphoricum comp. (KPC) versus placebo was tested in 77 patients per group. In a post-hoc analysis of intra-individual differences after 6 weeks treatment, a significant advantageof KPC vs. placebo was shown for characteristic symptoms of nervous exhaustion and nervousness (p = 0.020, p = 0.045 resp.). In both groups six adverse events (AE) were assessed as causally related to treatment (severity mild or moderate). No AE resulted in discontinuation of treatment. KPC could therefore be a benefical treatment option for symptomatic relief of neurasthenia. The study has been published open access in Current Medical Research and Opinion:  
https://doi.org/10.1080/03007995.2023.2291169.