Luz solar y vitamina D

Informaciones de la Sociedad demédicos antroposóficos en Alemania (GAÄD)

Lüder Jachens, Bart Maris, Georg Soldner

Última actualización: 22.02.2023

En los medios siempre de nuevo se señalan los riesgos de la luz solar en cuanto al desarrollo de cáncer de la piel. Sobre todo los niños, según la opinión de las autoridades de salud no deberían exponerse a los rayos del sol sin una protección de crema solar con alto factor protector y ropa adecuada para evitar el contacto con los rayos de sol. Por otro lado se advierte sobre los peligros de la falta de vitamina D, que puede producirse por falta de exposición a los rayos del sol. La deficiencia de vitamina D aumenta el riesgo de adquirir ciertas enfermedades cancerosas y lleva a deficiencias en el crecimiento óseo en la edad de la primera infancia. También es conocido que los niños no nacidos aún, cuyas madres sufren de deficit de vitamina D, después de haber nacido sufren con frecuencia ciertas enfermedades autoimunes, como diabetes. ¿A cuál de las recomendaciones se ha de seguir? ¿Cómo ha de ser el uso de la luz solar y de la vitamina D? Este boletín de informaciones dará orientaciones, siendo un complemento de los consejos médicos.

¿Cómo se forma la vitamina D y para qué la necesitamos?

A diferencia de otras vitaminas, la vitamina D puede ser producida por el propio cuerpo, pero solamente bajo efectos de la luz solar: el colesterol producido en la piel, bajo efectos del sol se convierte en la provitamina D. Esta “hormona de la luz”, a través de la sangre llega al hígado, donde es despositada como vitamina D3. En un paso subsiguiente puede ser transformada en el riñón y en otros órganos en Vitamina D3 activa. Para la formación de la vitamina D el sol, pero también la edad y el estado de salud de hígado y riñón tienen un papel preponderante.

Ya se sabía hace 100 años que niños (en viviendas pobres, con poca luz y aire), en los barrios de los trabajadores, tendían al raquitismo, que se manifestaba en alteraciones del crecimiento y deformaciones óseas. Las investigaciones pertinentes demostraron que la ingesta de calcio, indispensable para la formación ósea depende del nivel de vitamina D del cuerpo. Como la vitamina D se encuentra en cantidades mínimas en los alimentos (como en algunas especies de pescado), es el propio cuerpo que tiene que formarla – y para ello depende de la luz solar.

La vitamina D no sólo actúa construyendo y formando los huesos. Es indispensable para un correcto funcionamiento del sistema inmunológico. Así una falta de vitamina D predispone a las enfermedades autoinmunes y disminuye la resistencia a las enfermedades. Además la vitamina D en cierta medida tiene una acción protectora contra el cáncer, especialmente de pecho e intestinos. También es necesaria la vitamina D para un transcurso normal del embarazo. Se podría formular de la siguiente manera: la luz del sol tiene una acción formadora sobre los huesos a través de la vitamina D y nos ayuda a vivir en la tierra (embarazo) y a desarrollarnos con salud (sistema imunológico, prevenir el cáncer).

La acción de la luz solar sobre el ser humano no se reduce solamente a la formación de vitamina D. Es de gran importancia la luz solar para nuestro sistema inmunológico, pero también para el ritmo circadiano vigilia-sueño y para la concentración y el aprendizaje. La recepción de la luz solar se incentiva por los ojos del mismo modo que la regulación de las hormonas, que depende en alto grado de la luz solar. Existen datos que señalan que la carencia de luz solar/vitamina D predispone a ciertas formas de depresión, que pueden ser tratadas con una terapia lumínica. El movimiento adecuado a cielo abierto no puede ser sustituído por tabletas de vitamina D. Justamente es lo opuesto, muchos de los efectos atribuídos a la vitamina D son deducidos por la comparación de pacientes con alto o con bajo nivel de vitamina D. Pero en la regla general los seres humanos con alto nivel de vitamina D llevan un ritmo de vida más sano y tienen suficiente movimiento a cielo abierto.

Según estudios científicos recientes bajo acción de la luz solar en la epidermis se forma monóxido de nitrógeno, que pasa a la sangre y actúa desde allí armonizando la tendencia a la hipertensión y mejorando la irrigación de corazón y cerebro. Éste es un buen ejemplo adicional para el alto valor sanador de la luz solar (1).

¿Cuánta luz solar necesitamos y soportamos?

En Europa central en invierno el sol no se alza mucho sobre el horizonte del cielo. Además generalmente hace frío y nos abrigamos, de modo que es poco el efecto que el sol puede realizar sobre nuestra piel. Por eso es conveniente que desde la primavera hasta el otoño se forme suficiente vitamina D en nuestro cuerpo para almacenarla durante el invierno. El mejor tiempo para la formación de vitamina D es de marzo hasta octubre, siempre desde las 10 hasta las 15 horas. En pleno verano y en los países australes es conveniente evitar las horas del mediodía al sol. Alcanzan 15-30 minutos diarios, sin protección solar. Cuánto más piel se halla expuesta al sol, tanto más se acelera el tiempo para formar la vitamina D. Las personas con piel más oscura, de tipo poco sensible al sol necesitan más luz solar, las personas de piel clara necesitan menos tiempo.

Los protectores solares, incluso los que tienen un factor de protección bajo, inhiben en alto grado la formación de vitamina D!. Sería conveniente exponerse cortamente al sol (sin crema), pero con más frecuencia. Ésto es más productivo que exponerse durante dos semanas en el año en la playa a los rayos del sol. Si en el lugar en el que vivimos nos exponemos regularmente al aire libre, la piel se adapta (exceptuando a las personas de piel muy clara) en todas las estaciones del año, disminuyendo el riesgo de quemaduras por el sol. No es posible precisar más los datos de una permanencia segura en el sol, ya que ésto depende del tipo individual de la piel, del lugar en el que vivimos y de la intensidad de la luz.

En general vale: quién expone 3 veces por semana por ej.  las manos, brazos y rostro al sol durante el tiempo necesario sin provocar una leve quemadura solar, formará suficiente vitamina D, sin peligro de riesgo de cáncer de piel. Sin embargo existen personas que por su constitución, por su edad o por alguna enfermedad forman muy poca vitamina D. Ésto debería aclararse por un examen de la sangre y ser tratado eventualmente. Por lo contrario es importante usar una crema solar con alto grado de protección en viajes a lugares de mucha exposición solar (ej. fiesta de cumpleaños en la playa).

Es importante la prevención de cáncer de la piel. Ésto comprende evitar las quemaduras solares, sobre todo por ropa adecuada que cubre y protege la piel. El contenido de diversas cremas protectoras solares no siempre es inocuo, su grado de protección frente al así llamado “cáncer negro de la piel” (melanoma) no está demostrado. Una exposición al sol dosificada y sensata, adecuada para formar la vitamina D no lleva a un riesgo aumentado de cáncer de la piel. Hoy sabemos que por una exposición sensata al sol prevalece la función protectora de la vitamina D sobre la del riesgo de cáncer.

Determinación de los valores de vitamina D y las tabletas

En vista de la importancia que se le atribuye a la vitamina D en distintos problemas de salud, se determina el valor óptimo de vitamina D en la sangre en diversas personas, y se lo compara con el valor de la norma. Este valor es independiente de la estación del año, del color de la piel y del  lugar en el que se vive . La mayoría de las personas personas en europa central muestran, por ej, al fin del invierno valores más bajos de vitamina D. Ésto no significa que, estando sano, pero con un valor más bajo de vitamina D en la sangre, deberían tomar tabletas de vitamina D, pero puede ser un incentivo para  exponerse más al sol y modificar algo en el estilo de vida en esta dirección.

Si, al contrario, hay una indicación médica, un tratamiento con vitamina D puede ayudar. Ésto vale, por ej. para personas enfermas y aquellas, cuyos antecesores son oriundos de países más australes y cuya piel recibe la luz solar con más lentitud. Estas personas corren el riesgo de desarrollar durante el invierno una carencia de vitamina D. Las mujeres que se protegen exageradamente con cremas solares durante el embarazo deberían tener cuidado de no caer en una carencia de vitamina D. Toda ingesta de vitamina D debería ser consultada previamente con el médico.

La luz solar es el manantial de vida sobre la tierra. La relación de los seres humanos con el sol es de importancia central. El debate acerca de cremas solares y vitamina D nos lleva a pensar que cada ser humano está convocado a conformar esta relación en forma activa y consciente.

Research news

Phase IV trial: Kalium phosphoricum comp. versus placebo in irritability and nervousness 
In a new clinical study, Kalium phosphoricum comp. (KPC) versus placebo was tested in 77 patients per group. In a post-hoc analysis of intra-individual differences after 6 weeks treatment, a significant advantageof KPC vs. placebo was shown for characteristic symptoms of nervous exhaustion and nervousness (p = 0.020, p = 0.045 resp.). In both groups six adverse events (AE) were assessed as causally related to treatment (severity mild or moderate). No AE resulted in discontinuation of treatment. KPC could therefore be a benefical treatment option for symptomatic relief of neurasthenia. The study has been published open access in Current Medical Research and Opinion:  
https://doi.org/10.1080/03007995.2023.2291169.